miércoles, 26 de marzo de 2008

POESÍA Y RIMA

No me dejo intimidar por la censura
del que estudió lo que es poesía;
el centro en mi poema es lo humano.
Su vida, su dolor y no la rima

Harta estoy de leer rimas perfectas,
laureando este mundo de mentiras;
cantándole al sendero florecido.
Y ocultando la maleza en él nacida.

Si le cantas a los bosques y llanuras;
a los montes cubiertos por encinas;
y se le expolia sin tregua ni pudor.
¿De qué sirve la belleza de la rima?

Si se canta a los mares, que hoy son pozas
donde echan toda clase de inmundicias;
que exterminan la vida que allí nace.
¡Es un sarcasmo la belleza de la rima!

Si enalteces el derecho al trabajo,
cuando a millares de seres se les priva;
y a otros tantos con el se les oprime.
¡Es perversa la belleza de esa rima!

Si se canta al soldado en su altruismo
en una guerra que hacen homicidas;
donde dejan la vida tantos seres.
¡Es grotesca la belleza de esa rima!

No es mi fin hacer bellos poemas
Es denunciar a gritos la injusticia.
Por ello, poeta, no te extrañes,
si no encuentras en mis versos a tu rima.

No pretendo negar lo que supone
el extasiarse con bellas poesías.
¡Sólo afirmo que poeta es también
el que canta apostando por la vida!

martes, 18 de marzo de 2008

Hay mil razones...

Hay mil razones…
Lo se, que hay mil razones
para lanzarse en manos del vacío.
Para ir a la arrastra
de la inercia
ó dejarse llevar por el hastío.

Hay mil razones…
Lo se, que hay mil razones.
Que nos roban los sueños,
la energía…
Que nos hacen la esperanza
cien pedazos
y nos hacen pensar
que esto es mentira.

Hay mil razones…
Lo se, que hay mil razones;
porque yo,
como tantos, he sentido;
El miedo, la rabia,
la impotencia…
y la duda,
incluso ante el amigo...

Pero existen otras tantas
mil razones:
El amor, la esperanza,
el buen amigo…
que te invitan, te acompañan
o te empujan
a buscar y a encontrar
nuevos caminos.

viernes, 14 de marzo de 2008

ENTERRANDO SUEÑOS


En el telar del amor,
que día a día tejemos,
vamos quitando colores
hasta dejarlo de negro.

El tiempo pasa, y nosotros
vamos pasando con él,
desandado torpemente
lo que anduvimos ayer.
Sin saber, como ni cuando,
ni cual fuera la razón.
Ni quién tuviera la culpa
se comienza entre los dos;
a, sin querer, convertir
en pesadilla los sueños.
En reproches y censuras
los idílicos momentos.
En críticas y desganas
las caricias y los besos.
La fuerza de la ilusión
en fuertes desasosiegos.

El fuego de las pupilas,
se vuelve cristal de hielo.
Y la calida palabra
en fría espada de acero
La confianza en dudas;
y las dudas en recelos.
Sin que se acierte explicar
tan insondable misterio:
Soñamos con ser felices;
pero en nuestra ofuscación;
diciendo ser los mas listos
y dueños de la razón,
jugamos a matar sueños;
y con ellos, el amor.
Sabiendo que sin soñar
se nos muere la ilusión.

Curioso es, que una vez,
Enterrado AMOR Y SUEÑOS,
nos sorprenda el no poder
decir como ayer; ¡Te quiero!

miércoles, 12 de marzo de 2008

YA LO VES


Ya lo ves ...
lentamente dejamos de ser
lo que fuimos antes.
Nuestras sienes
se nos vuelven canas;
Nuestros ojos
son menos brillantes.

Sin querer,
ya se empieza a sentir,
en el ser,
huellas del cansancio
y creemos que la vida
camina deprisa,
aún yendo despacio.

Empezamos,
a dudar y dejar de soñar
por los desengaños.
No, yo no digo que sea la vejez,
pero son los años.

Ya lo ves,
junto a ti he soñado una vez
cambiar este mundo.
Y después,
junto a ti, también, desperté
del sueño fecundo.

Grande fue,
la alegría dentro de mi ser
en mi más profundo;
al saber,
que en el sueño
y el despertar
estuvimos juntos.

Y supimos,
que el enigma del mal
y del bien,
caminan unidos.
A pesar de ello
nos dice el sentido,
que el soñar
en cambiar este mundo
no es tiempo perdido.
Pobre aquél,
que la vida la pasa despierto
creyendo saber
los misterios,
que nos interrogan.

Aún sin querer ...

martes, 11 de marzo de 2008

A LA MUJER DE SUR, en el día de la mujer

¡A ti mujer del sur,
a ti te canto,
a tu risa de ayer
hoy hecha llanto!

Al aire de tu cuerpo,
con garbo andando.
A tu boca de carmín,
siempre cantando.
A tu enagua de flores,
pura quimera;
que contigo anunciaba
la primavera.
A tu talle de avispa
tan deseado.
Al clavel, en tu pelo,
“marisalado”.
A tu negra melena
dejada suelta,
o marcada con ondas
peinada tensa,
ornada con orquillas
y jazmín blanco.
A tu cara lavada
oliendo a nardo:
a la puerta cosiendo
al fin del día,
mostrabas a los mozos
tu lozanía.

Más todo fue distinto
desde aquel día,
cuando un mozo te dijo
que te quería.
Y te llevó al altar
de blanco velo,
justo a los nueve meses
vino el primero.
Después vino el segundo
luego el tercero ...
Tú no querías tantos,
pero vinieron.
Con el canto del gallo
te amanecía,
preparando pañales,
un nuevo día.

Te olvidaste de ti;
de tu alegría,
el quehacer de la casa
te lo imponía.

El carmín de tus labios
se fue fundiendo,
en una mueca triste
que fue naciendo.
Y aquel pelo ondulado
que habías tenido,
lo peinabas tirante
en recogido.
Tu cintura perdió
todo su aire;
tan sólo el delantal
marcaba el talle.
Te vestías de oscuro
como anunciando,
que tu alegría de ayer
se iba apagando.

Ya te sobraba todo:
nada importaba,
tan sólo tu familia
te preocupaba.
Atender a los hijos,
planchar la ropa,
tenerlo todo a punto,
ser buena esposa ...
Lo del resto del mundo
no iba contigo,
aquellas eran cosas
de tu marido.

Se fue poniendo blanco
tu negro pelo,
que a menudo cubrías
con un pañuelo.
Y tu risa de ayer
se volvió llanto
cuando todos tus hijos
fueron marchando.
Quedaste en el pueblo
llorando a solas,
hoy sólo su retorno
es lo que añoras.

Con tu espalda encorvada
Y el pelo cano,
aguardas impaciente,
cada verano.
Preparando el ropero,
sueñas despierta.
¡La llegada de ellos
está en la puerta!

Y la vas anunciando
con regocijo:
“¡La semana que viene
llegan mis hijos!”

Preparas dormitorios
con ilusiones,
deshollinas los techos,
sacas colchones.
Acumulas vianda;
pones el guiso.
Por si se presentaran
sin previo aviso.

Escuchas como pitan.
¡Es la bocina!
Después oyes las voces
de las vecinas.
Corres hacía la calle;
los ves radiantes:
y empiezas a sentirte
igual que antes.
Tu semblante se alegra,
tus ojos brillan,
tu boca ríe fuerte ...
¡Qué maravilla!
Tomando entre tus brazos
a un nietecito,
en silencio das gracias
al Dios bendito.

Y por unas semanas
tu llanto es risa,
pero ... ¡pasan tan pronto!
como con prisa.

A ti mujer del sur
A ti te canto,
a tu risa de ayer
hoy hecha llanto.

¡A ti que cuando joven
luciste tanto,
que fue como quemar

todo tu encanto!

viernes, 7 de marzo de 2008

AÚN SIENDO EXTRANJERA

Mi piel es oscura,
mi cabello negro
mi lengua distinta;
y es verdad que vengo
de un lugar lejano.
Más, quieras o no quieras,
yo soy como tú,
aún siendo extranjera.

Como tú yo río,
e igual que tú sueño.
Como tú trabajo,
amo, lloro y pienso.
A mi alma igual
que a la tuya duele
el desprecio ajeno;
di por qué no quieres;
di por qué te niegas
a ver lo evidente;
que somos iguales
siendo diferentes.

Aunque tú te creas
distinta, mejor;
a ti, igual que a mí,
te asusta el dolor.
Te asaltan los miedos.
Te aturde la pena.
Te aterra la muerte;
el hambre, la guerra…
Si sientes los miedos
y anhelos que yo;
¿en qué eres mas digna?
¿en qué superior?

Lo que nos distingue,
hoy entre las dos,
son tus prejuicios;
es tu sin razón.
Pero…, aunque no lo quieras,
¡Eres como yo!

miércoles, 5 de marzo de 2008

Yo quise tener de niña

Yo quise tener de niña
y por quererlo soñé
mil lápices de colores
y un gran montón de papel,
donde pinté muñequitos
que en mi habitación colgué;
después me puse muy triste
cuando yo me desperté.

Yo quise tener de niña
y pienso que era normal,
unos vestidos bonitos;
muñecas para jugar;
lindos globos de colores
para poder explotar,
y que hubieran hecho ¡BOOM!
para poder asustar
a mi hermana más pequeña,
que no me dejaba en paz.

Yo quise tener de niña,
y me moriría de ganas,
unos zapatitos nuevos
que no fueran de mi hermana.
Que mis botas no tuvieran
las suelas tan desgastadas,
para meterme en los charcos
a chapotear el agua
sin miedo a que me riñeran
porque volvía mojada.

De niña quise tener.
Y no lo tuve jamás:
una clase con pupitre;
pizarras para pintar;
una escuela con un patio
donde pudiera jugar...
Un maestro bonachón
con humor para escuchar
y comprender las historias
que me solía inventa.

Estas son todas las cosas
conque de niña soñé,
más todas me la negaron
no me preguntéis por qué.
Quizás es que sueñe mucho:
porque hoy, como mujer,
sigo soñando mil cosas
que nunca llegaré a ver ...

martes, 4 de marzo de 2008

La Comunidad Cristiana Popular de Lebrija se pronuncia ante la actitud de muchos Obispos españoles


El amor, el estar al lado del que sufre y el perdón, son exigencias cristianas a las que quedan condicionadas las distintas expresiones de la fe. En nuestro intento de ser fieles a esas exigencias no podemos entender la actitud hostigante de los Obispos a la política del actual Gobierno ni su recomendación de voto para las próximas elecciones.

Lógicamente reconocemos su derecho a opinar, criticar y rechazar medidas políticas. La fe no es una opción privada, que se limita al ámbito de lo religioso. La fe es una opción individual, pero con proyección colectiva, que nos compromete en la defensa de la dignidad humana.
Desde ese principio cristiano, los obispos, como todo creyente, tienen derecho y obligación de censurar las políticas que atenten contra las personas.
A lo que nadie tiene derecho, tampoco los obispos, es a considerarse los portadores de la verdad absoluta. Ni a manipular los hechos. Ni a pretender imponer sus criterios religiosos en una sociedad laica. Ni a hablar en nombre de muchas otras Comunidades Cristianas en las que la defensa de la vida, la familia y los derechos humanos, la entendemos como algo mucho más amplio y comprometido.

Nosotros creemos que los auténticos enemigos de la familia son; Los contratos basura, las jornadas interminables, los salarios míseros, los accidentes laborales, la especulación con la vivienda, la exclusión social, la pobreza, la violencia, la necesidad de emigrar, el hacinamiento en viviendas precarias... Estos son los factores que niegan el espacio y el tiempo a la familia. Los que la dividen, y condenan a la incomunicación, a la precariedad, y a la separación forzada:
Estos son los peligros reales que amenazan a la familia y los derechos humanos; estos, y no el divorcio, el aborto condicionado y el matrimonio homosexual.

Nosotros también apostamos por la familia. Y no lo hacemos desde la teoría, sino desde la práctica y afrontando sus dificultades, esforzándonos en vivir, y educar sobre los valores del amor, el respeto, la tolerancia, la solidaridad, el entendimiento y la responsabilidad personal.
No reconocemos el divorcio y el aborto, como la solución fácil a comportamientos irresponsables. Pero el amor cristiano no puede, ni debe ser juez de quién por circunstancias adversas, se vean forzadas/os a ello para solventar mayores sufrimientos. No se puede exigir a nadie a que eternice el infierno de unas relaciones rotas y, mucho menos, en situación de maltrato.
El dolor y la zozobra de las mujeres que se ven forzada a abortar; el sufrimiento de las parejas a quienes se les rompen sus sueños y la incertidumbre de las persona que, en un clima de adversidad, deciden hacer publico su amor a otra persona del mismo sexo, merecen el apoyo, y no la condena, de una Iglesia que predica el amor y la cercanía al que sufre.

La legitimación de la pareja homosexual, la oficialidad del divorcio y la despenalización del aborto,- en determinadas condiciones-, no hace más que hacer oficial lo que se ha venido haciendo a escondidas a lo largo de la historia. Un comportamiento que ha traspasado, en no pocas ocasiones, el seno de la propia Iglesia, por lo que cabe preguntarse si, para los obispos, el pecado está en los hechos o en hacerlos públicos.
Así mismo, no entendemos la recomendación a que no se vote a un partido, que dialogue con terroristas para que depongan su actitud violenta. Como debate político se podría medio entender pero… cómo llamada desde el evangelio… ¿Dónde queda el compromiso por la paz y el perdón cristiano?

Para terminar, una última pregunta a la Conferencia Episcopal: ¿Saldrán ahora a la calle para defender los derechos humanos contra la propuesta del PP, en política de emigración?

El pecado de los Obispos no es el opinar sobre política, a ello tienen derecho como todo ciudadano, su pecado es; manipular los hechos; pretender cambiar el sentido de la moral cristiana y, a la hora de decantarse por el voto, anteponer la defensa de sus privilegios a la política social y a la concordia ciudadana.