miércoles, 23 de abril de 2008

EL PRECIO DE UNA MANZANA

Foto: Jorge Silva
.
(Al niño de la calle)
...
Negro son sus ojos como el azabache
y en su rostro lleva facciones de apache.
Cara y manos sucias y dientes mellados;
su cabello corto, sucio y despeinado.
Su ropa andrajosa, su piel arañada…
Limpia y transparente lleva sólo el alma.

Aguardando acecha, paciente, el momento
de poder coger algo de alimento.
¡Por fin lo consigue y se echa a correr!
Tras él, a su alcance, alguien que le ve.
Las piernas le tiemblan y aligera el paso.
Le hieren las piedras en sus pies descalzos.
Con fuerza le atrapa una mano fuerte;
todo ha sido inútil. ¡Maldita su suerte!

Siente una patada. Tirones de orejas,
le llueven insultos… El, ni una sola queja.
Sabe que está solo, su vida es así.
Su ingrato destino robar o pedir.

Su cuerpo, menudo, le tiembla de miedo
como a una alimaña. Le tiran al suelo
y una bota negra, de puntera fuerte,
descarga con ira golpes en su vientre.
Algo, su garganta de nauseas invade;
todo le da vuelta… ¿Acaso es el hambre?
…Un sabor extraño; ¡es sabor a sangre!

Sus pupilas negras, miran hacía el cielo;
su fiel confidente, su único techo,
de rabias e iras, de risas y juegos;
de noches de frío, soñando con fuego;
de llantos ocultos productos del miedo…
Sus pupilas siguen fijas en el cielo…

Y, de su mano inerte, a la tierra llana,
rodando, despacio, cayó una manzana…

jueves, 17 de abril de 2008

EL JILGUERO ASESINADO


Bandadas de pajarracos negros
lo mismo que cuervos,
volaron sobre Granada
como presagio de infierno.
Horrendos dicen que eran;
negros como sus adentros.
En la Vega de Granada
cantando estaba un jilguero.
Y los cuervos le seguían
en su vuelo al acecho,
porque sus trinos rendían
tributo a gente del pueblo.
.
Como el trovador que canta
a su amada el primer verso,
tenía que andar oculto
por entre los limoneros.
Buscado por peligroso:
¿Por qué le tenían miedo?
Si su arma era la pluma,
la prosa, coplas y versos.
¿Por qué rastrean la Vega
para apresar a un jilguero?
¿Por qué lo sacan del nido
a punta de arma de fuego?
.
Fue en una noche de agosto,
se ignora como lo hicieron,
le arrebataron la vida
antes que prendiera el vuelo.
Más él remontó frontera
de la mano de sus versos
hasta los más escondidos
rincones del Universo.
.
¡Malditos los gavilanes,
aves de rapiña, cuervos!
Que de esa forma tan vil
asesinan a un jilguero:
Un jilguero que cantaba
con unos trinos tan bellos,
que se siguen escuchando
incluso después de muerto.

La luna, que fue testigo,
muda por el mismo miedo,
vio que regaba la tierra
la sangre de aquel jilguero…
Y así acabaron con él;
¡pero jamás con sus versos!
ni con sus coplas cantadas
por las mozas de los pueblos.
Porque las balas no pueden
matar la prosa ni el verso;
Al grito de, ¡fuego!
Sólo pudieron matar su cuerpo.