martes, 24 de junio de 2008

COMUNICADO DE...


...La Comunidad Cristiana Popupar de Lebrija, ante la aprobación
de la "directiva de la verguenza" en la U.E


Con impotencia, rabia y estupor hemos sido testigos de cómo, el día 18 de junio, se aprobaba en la UE una directiva contra los más desamparados de este sistema.

La ley aprobada, contempla la detención y retención (hasta 18 meses) de los “sin papeles” y su posterior expulsión sin que sea necesario auto jurídico alguno.

El que la UE se autoproclame defensora de los Derechos Humanos y los valores democráticos en el mundo, y paralelamente legitime, en su territorio, la retención y expulsión de personas inocentes por el hecho de venir a buscar trabajo en Europa, es de un cinismo escandaloso.

Nos espanta que, esa ley haya sido propuesta o aprobada por los gobiernos de Italia, Grecia, España, Portugal…

Hace apenas dos décadas hombres y mujeres de estos países estaban,- estábamos-, siendo objeto de medidas semejantes y nos escandalizaban. ¿Ya lo hemos olvidado?

Los gobiernos latinoamericanos nos preguntan hoy: ¿Qué habría pasado si América Latina hubiera adoptado esa directiva con los españoles que tuvieron que salir de su país? ¿Se imaginan cuanto sufrimiento habría causado?

Ellos jamás han detenido ni expulsado a ningún europeo, por carecer de documentos, a pesar de que muchas veces se ha ido a humillarles y expoliarles. ¿Cómo podemos ignorar nuestra política de colonización en esos países, nuestra llegada a ellos tras la Guerra Civil, o la reciente emigración a Centro Europa?

No negamos a la U.E. el derecho, e incluso deber, de regular y gestionar los flujos migratorios que lleguen a ella. Un estado no puede ser una especie de corredor en el que no se sepa quién pasa por él, ni cuantos lo habitan. Pero exigimos sensibilidad ante los que sufren, respeto a sus derechos como personas y conciencia de memoria histórica.

No se puede,- al menos no se debiera jamás-, tratar a los trabajadores emigrantes como a delincuentes mafiosos.

No se puede criminalizar a los pobres por buscar trabajo.

No se puede condenar a nadie a esperar, sin esperanza, la autorización para trabajar mientras mal viven o mueren de hambre.

No se puede hablar de Derechos Humanos y negar el derecho al trabajo, sin otra razón que la de haber nacido en otro país.

No se puede hablar de los valores de la familia, ni de políticas de apoyo a la misma, y detener a madres y padres que buscan trabajo para mantener a sus hijos.

En el borrador de la constitución de la UE, se debatió en qué medida la cultura europea estaba impregnada del cristianismo; se podrá debatir su grado de influencias, pero hoy sabemos que su espíritu no ha estado presente a la hora de aprobar esta directiva, porque ella niega aquello de:

No oprimirás ni vejarás al emigrante; ya sabéis lo que es ser emigrante, porque emigrante fuisteis vosotros en el país de Egipto” (Ex. 22,20)
“Cuando un emigrante resida con vosotros en vuestra tierra, no lo maltratéis: (Lv. 19,33)
“Ya no hay judío ni griego, ni siervo ni libre, ni hombre ni mujer, porque todos sois uno en Cristo Jesús” (Ga. 3, 28)

No les convirtamos en chivos expiatorios; ellos no son los responsables de la crisis, sino las victimas. No son delincuentes, sino personas en busca de mejor vida. No nos quitan nada, nos ofrecen su trabajo; atienden a nuestros padres ancianos, a nuestros hijos, a nuestros familiares enfermos… Y, a veces, por sueldos de miseria. La delincuencia y la mafia extranjera son otra cosa, ¡Distingamos unos de otros, de la misma forma que lo hacemos con los nativos!


Labrija, junio del 2008

martes, 17 de junio de 2008

AL JOVEN NAZI


Aunque me lo juren una y mil veces
y tercos se empeñen, en decir que sí;
no puedo creerlo. ¿Cómo he de creer
que tú desde niño ya fueras ruin?

Sé que como todos fuiste campo virgen
para ser labrado con odio o amor,
y fuiste encontrando gente que sembraron
cardos y no flores en tu corazón.

Maldito es tu sino y horrenda tu suerte.
Porque pobre es, quien no puede amar
y lleva en su rostro la faz de la muerte,
porque en sus entrañas ha anidado el mal.

En toda esta infamia, contigo es culpable
quien va repitiendo, impune, a tu oído
frases tendenciosas de orgullo de raza,
hasta perturbar tus cinco sentidos.

Y cómplice es quien, por lo bajito,
dando cal y arena va creando dudas,
alzando discordias con hechos confusos.
Y oculta su fin, lo mismo que Judas.

E implicado está, quien callando asiente
a los prejuicios de esta sociedad.
O aquel que no piensa, y se hace eco
de impúdicos bulos llenos de maldad.

A pesar de todo, eso no te exime
y serás juzgado por vil asesino.
Porque a tus espaldas ya llevas la muerte
de cinco inocentes. Por eso te digo;

que aunque me das pena, por tu juventud,
para tu defensa no cuentes conmigo.
Aunque yo no exculpe a los que te incitan
a ver al extraño como a un enemigo.

(Hannover 17.6.1993)

viernes, 13 de junio de 2008

¡QUE TÚ SI PUEDES!


¿Quién te negó el ser tú misma?
¿Quién te robó tu autoestima?

Alguien que dijo, a grito vivo
y una y mil veces a tus oídos
con insistencia ha machacado:
“¡No sobresalgas, ve con cuidado!”

Quién te anuló ¡Di quién ha sido!
para que digas: “Yo, es que no sirvo.”

Quién consiguió; ¡Dime quién fue!,
que tú repitas: “Yo, es que no sé.”

Quién te ha creado dudas y miedos
para que pienses; “Yo, es que no puedo.”

Quién repitió hasta minarte
“Como no entiendes debes callarte.”

Han machacado tanto tu mente
que al fin llegaron a convencerte:

Que tú no entiendes.
Que tú no sirves.
Que tú no sabes.
Que tú te calles.
Que no figures.
Que no acapares.
Que seas prudente.
Que no te pases.
Que de lo tuyo no hagas alarde.
Que al que más sepa deja que hable...

Pero yo en cambio a grito digo
o te susurro a tus oídos:
Que eso es mentira; que tú si puedes;
que te lo creas, y que lo intentes.

Para un momento mírate a ti.
Tu tienes el alma sabes sentir.
Tú mente es clara, sabes pensar.
Tú tienes boca, puedes hablar.

A ser tú misma tienes derecho.
Di lo que piensas; abre tu pecho,
que si lo haces te darás cuenta,
que no es verdad eso que cuentan.

Tú, sí que entiendes de muchas cosas
aunque sea cierto que no de todas.
Tú sabes bien y otros ignoran,
lo que tu alma sueña y añora.
Y también sabes lo que tú quieres.
Lo que te halaga. Lo que te hiere:
lo que es hermoso lo que es ruin...
¿Di por qué dudas tanto de ti?

Tú bien distingues, en la palabra,
los mil matices, cuando otro habla.
Lo que es sincero, lo que es mentira.
Cuando hay afecto y cuando hay ira.
Lo que es sencillo. Lo que es jactancia...
¡Quizás por eso es que te cansas!

En sentimientos nadie te engaña;
por ello sufres en tus entrañas.
Por que tú intuyes, al primer golpe,
cuando otro piensa que tú eres torpe.

Pero tú sirves.
Pero tú sabes.
Pero tú puedes.
Pero tú entiendes ...

¡Ya lo verás cuando lo intentes!

miércoles, 4 de junio de 2008

COMO UN AMIGO

Sin tu ser responsable
de mi torpeza
soporta mis borrones
y mi tristeza,
cuando quiero escribir,
y no consigo
expresar lo más grande
que va conmigo.

Y, siendo soberano
por tu nobleza,
mansamente soportas
cuando, con fuerzas,
te oprimo entre mis manos
desesperada,
porque, de lo que quiero
no sale nada.

Y aún, siendo inocente
de mis desdichas,
descargo sobre ti,
mil cosas dichas,
a veces con gran rabia
por mi impotencia,
al escuchar la voz
de mi conciencia.

Tú guantas mis rabietas,
como un amigo,
y, a pesar de pesares
quedas conmigo,
acogiendo paciente
todo el dolor,
que a veces se desborda
en mi corazón.

Tú, jamás te has burlado
de mi ignorancia,
con mis errores tienes
gran tolerancia.
Los secretos que a veces
te he confiado
en tus entrañas guardas
como blindados.

De mis risas y sueños;
en mis sosiegos,
has sido día y noche,
mi compañero.
Un elemento noble
paciente y fiel.
Aunque digan que eres
“sólo un papel ...”

SIEMPRE LO MISMO

Siempre lo mismo...
Yo no lo entiendo
ese misterio
llamado tiempo.

El va deprisa
yo le persigo.
Quiero que quede
quieto conmigo.
Y cuando creo
que al fin le tengo,
el no se para;
sigue corriendo.

Siempre lo mismo ...
Yo no lo entiendo,
a unos les sobra
y yo no lo tengo.

Hay quién exclama:
“!Qué aburrimiento!”
cuando se hace
pesado y lento;
y es que se para
en los momentos,
en que el tenerle
es un tormento.

Siempre lo mismo,
yo no lo entiendo.
¡Unos le matan
y yo le sueño…!