jueves, 25 de diciembre de 2008

¿ Y QUÉ LE HAGO YO ?

¿Pensaba despierta? ¿Durmiendo soñé?
¿Soñaba o pensaba?... Apenas lo sé.
Sólo estoy segura de oír a mi espalda,
con timbre infantil, una voz cansada.
-Quédate hoy en casa, que no me va bien.
- Ya te he preparado algo de comer
un vaso de sumo y unas aspirinas,
para que las tomes tras de las comidas.
Veras que enseguida la fiebre te baja:
¿Era eso el teléfono? Voy a ver quién llama.

- Soy yo, hija mía. - ¿Qué quieres mamá?
- Hoy he amanecido algo regular.
¿Podrías llegarte mañana hasta aquí?

¿Mañana? Lo dudo de que pueda ir;
al menos la tarde la tengo ocupada.
Quizás el domingo no tengamos nada.

- ¡Qué pena hija mía! ¡Vendito sea Dios!
- Si tengo otras cosas ¿qué le hago yo?

- Cosa semejante no pasó en mi tiempo.
-
¡Ya estas empezando con el mismo cuento!
Si puedo esta noche te llamaré yo;
ahora he de marcharme. ¡Cuídate, adiós!

Mientras avanzaba por la calle andando,
callada y a solas, iba cavilando…
Si el paso del tiempo lo ha cambiado todo.
¿Para qué inmolarse uno por el otro?

Los viejos ya tienen sus casas de asilo.
Buenas guarderías para nuestros hijos.
Para los enfermos, grandes hospitales,
limpios y atendidos por profesionales.
Todo lo soñado por la humanidad,
se hacía despacio grata realidad.
Ya no había cadena que ataran mis alas.
¡Hoy una familia, ya no es una traba!

En mi misma acera, encontré a una anciana
que débil se asía a una ventana.
-¿Qué le pasa abuela, se siente usted mal?
-Es que ya soy vieja y me cuesta andar.
¿Y por qué ha salido sola a la calle?
-¿Y qué voy hacer? Si no tengo a nadie.
- No tiene usted hijos, amigos ni nietos?
-¡Claro que los tengo! Pero andan sin tiempo.

Quedé sin palabra: recordé en silencio
unas frases mías, dichas al teléfono.
Sentí que me ahogaba como un no se qué:
Algo tan profundo que me desperté.
Desde entonces tengo horror al soñar,
y es que tengo miedo de que al despertar,
sea yo el enfermo en su soledad,
o la pobre anciana, que no pueda andar…

5 comentarios:

La Calderón dijo...

¡¡Ay Señor!!
Antonia, me has hecho llorar, tus versos reflejan de tal manera la realidad, que, en verdad, no creo que sea la tuya ó la mía, pero sí, existe, me has hecho acordar a álgo que toca el mismo tema y que escribí hace yá mucho tiempo. ¡¡Caray!! ¿Cuántas cosas en común tenemos?
Te mando un abrazote virtual, y sé que algún día, ha de ser literal....
¡¡FELIZ AÑO NUEVO!!
Susana......

Conral dijo...

Antonia, he vuelto a leer tu poema, el que te oí recitar y me hizo llorar, con el corazón encogido. ¡Qué triste realidad!
Amiga, te deseo lo mejor para el próximo año y te doy las gracias por haber compartido con nosotros tus poemas, tus sentimientos.
Un fuerte abrazo para ti y para Pepe.
Feliz año!!
Conchi

desde Lebrija para el mundo dijo...

Ciertamente el poema es algo triste, sobre todo por lo que tiene de ese, día a día. Una dura realidad para muchos, una amenaza para otros y un temor para algunos.
Os deseo a las dos lo mejor para el 2009. Sobre todo, que nunca seamos "el enfermo, ni la anciana, en su suledad".

Un beso a las dos

Antonia

Anónimo dijo...

Feliz año para ti y para toda tu familia.

Igualmente les deseo un feliz año a todos aquellos que te visitan en este tu rincón tan personal y especial.

Un abrazo.

desde Lebrija para el mundo dijo...

¡Gracias Glauca! Este mundo de lo virtual es muy curioso, a veces sientes estima hacía personas que, ni siquiera sabes donde se encuentra ubicada.
Yo también te deseo lo mejor para tí, y para los tuyos.
Un beso