jueves, 25 de diciembre de 2008

¿ Y QUÉ LE HAGO YO ?

¿Pensaba despierta? ¿Durmiendo soñé?
¿Soñaba o pensaba?... Apenas lo sé.
Sólo estoy segura de oír a mi espalda,
con timbre infantil, una voz cansada.
-Quédate hoy en casa, que no me va bien.
- Ya te he preparado algo de comer
un vaso de sumo y unas aspirinas,
para que las tomes tras de las comidas.
Veras que enseguida la fiebre te baja:
¿Era eso el teléfono? Voy a ver quién llama.

- Soy yo, hija mía. - ¿Qué quieres mamá?
- Hoy he amanecido algo regular.
¿Podrías llegarte mañana hasta aquí?

¿Mañana? Lo dudo de que pueda ir;
al menos la tarde la tengo ocupada.
Quizás el domingo no tengamos nada.

- ¡Qué pena hija mía! ¡Vendito sea Dios!
- Si tengo otras cosas ¿qué le hago yo?

- Cosa semejante no pasó en mi tiempo.
-
¡Ya estas empezando con el mismo cuento!
Si puedo esta noche te llamaré yo;
ahora he de marcharme. ¡Cuídate, adiós!

Mientras avanzaba por la calle andando,
callada y a solas, iba cavilando…
Si el paso del tiempo lo ha cambiado todo.
¿Para qué inmolarse uno por el otro?

Los viejos ya tienen sus casas de asilo.
Buenas guarderías para nuestros hijos.
Para los enfermos, grandes hospitales,
limpios y atendidos por profesionales.
Todo lo soñado por la humanidad,
se hacía despacio grata realidad.
Ya no había cadena que ataran mis alas.
¡Hoy una familia, ya no es una traba!

En mi misma acera, encontré a una anciana
que débil se asía a una ventana.
-¿Qué le pasa abuela, se siente usted mal?
-Es que ya soy vieja y me cuesta andar.
¿Y por qué ha salido sola a la calle?
-¿Y qué voy hacer? Si no tengo a nadie.
- No tiene usted hijos, amigos ni nietos?
-¡Claro que los tengo! Pero andan sin tiempo.

Quedé sin palabra: recordé en silencio
unas frases mías, dichas al teléfono.
Sentí que me ahogaba como un no se qué:
Algo tan profundo que me desperté.
Desde entonces tengo horror al soñar,
y es que tengo miedo de que al despertar,
sea yo el enfermo en su soledad,
o la pobre anciana, que no pueda andar…

jueves, 18 de diciembre de 2008

LA OFRENDA DEL PASTORCILLO

Se oyen esquilas

del rebaño andando;

la voz del pastor

que lo iba arreando:

el pastor que arrea;

el perro ladrando;

la estrella de oriente

a Belén llegando.


Con su clara luz

ella iba alumbrando

a los Reyes Magos

que iban preguntando:

¿Dónde está el portal?

¿Dónde está Belén,

y el niño de Dios

que había de nacer?


Paran un segundo;

se sienten cansados.

La estrella impaciente

Sigue caminando...


Mientras, al pastor

se le había quedado

un cordero chico

atrás rezagado.

Se vuelve y lo coge

para acariciarlo;

bajo su zamarra

quiere calentarlo.


De pronto descubre

allá a lo lejos,

una luz pequeña

de claro reflejo.


¡Seguro, es Belén!

Camina ligero

su perro tras él

sigue a los corderos.

Llegan al portal,

siendo los primeros:

y al ver al niñito

se quita el sombrero.


“!Qué zagal tan lindo!”

exclama admirado.

¡Qué madre tan joven

y guapa, a su lado!

Ante aquella escena

queda conmovido,

al fin le pregunta

casi cohibido.


¿Dicen que venís

largo caminando,

y todas las puertas

se os iban cerrando?

Me cuesta creer

en tanta maldad,

más, si vos lo decís

seguro es verdad.


Yo bién os daría

de mí lo mejor,

pero ...

qué puede ofrecer

un pobre pastor,

que no sea un cordero

o su corazón.


El niño al oírle

se le sonrío

y el pastor ufano

se lo agradeció.

Abrió su zamarra;

Sacó el corderillo:

Y esa fue la ofrenda

de aquél pastorcillo.

jueves, 4 de diciembre de 2008

¡ ARRE BORRIQUITO!

“¡Arre, burro, arre!”,
decía San José.
Y terco el burrito
no quería correr.

“!Arre borriquito!”
Le decía otra vez.
Pero el pobre burro
no podía entender
por que tanta prisa
de el bueno José.

Ya estaba tan harto
que se negó a andar
y tozudamente
echó a rebuznar; hiaa, hiaa.
San José a su oreja
dijo con cariño:
“¿Es que no lo entiendes?
¡Va a nacer el niño!”

Se calló el burrito
siguiendo su paso,
que sin ser ligero
ya no era despacio.
Sus patitas cortas,
siempre a más y más…
Hasta que de pronto
empezó a trotar.

José ahora quería
pararle en su trote,
pero el borriquillo
corre, que te corre.
Y mientras trotaba
empezó: “hiaa, hiaa ...”
¿Sabéis por qué?
¡Porque vio el portal!
Cuando estaba cerca
Vio que era un establo
en el que había paja,
y miró su amo.

“Que suerte la mía”;
pensó el muy glotón,
al ver un pesebre
que había en un rincón.
José a toda deprisa
se le adelantó.
Recogió la granza,
preparó un jergón.
Se quito la alforja
y ayudo a María.
Ella muy despacio,
pues, ya apenas podía,
se apoyó en José.
¡Por fin tendría el niño

cama en que nacer!

El burro mohíno
se puso a pensar:
“Me quedé sin pienso
por no espabilar.”
Después se sintió
como avergonzado;
con cabeza gacha
se retiró a un lado.
Al rato escuchó
un llanto infantil.
¡El niño acaba
de nacer al fin!

Se acercó el burrito,
curioso y alegre,
al recién nacido
que había en el pesebre.
Al verlo tan lindo
y requetechico
pensó:”Me he portado
igual que un borrico.”
María contenta
y José tranquilo
Al burro miraban
muy agradecidos.

Adivinó el pillo
esos pensamientos
y alzó sus orejas
haciendo aspavientos.
Moviendo su rabo
ufano y contento;
Pues…, gracias a él
llegaron a tiempo.

sábado, 29 de noviembre de 2008

LA PAZ TRAS LA GUERRA


Una niña sentada,
aguarda sobre el quicio
de una puerta, entre abierta.
Mira con ojos fijos.
Vio llevarse a su madre,
un hombre de soldado.
Ya nunca más volvió...
Quizás, la había olvidado.

Mientras sigue esperando,
entre sus manos prietas,
para no sentir miedo,
abraza una muñeca.
Vio llenarse la noche,
de colores y fuego.
Y saltó de alegría
creyendo que era un juego.
Después creyó que un mago
columpiaba la tierra

¿Cuándo descubrirá
lo horrendo de la guerra?

Sólo escombro se ven.
Y en la ciudad vacía,
un hombre, doblegado,
con mirada pérdida,
contempla, lo que fue,
el centro de su vida:
El Edén de los suyos,
convertido en ruinas.

Y entre ripios y piedras,
una mujer morena
cubierta con un velo
llora y rumia su pena.
Abrigando esperanzas,
a pesar de sus lágrimas,
sigue arañando el suelo,
con unas manos ávidas.
Vio quedar a su hijito
sepultado en la tierra,

¡Maldita sea la paz
impuesta con la guerra!

Es la paz del silencio
Es la paz del dolor.
Es la paz del vencido.
Es la paz del terror…
Una paz que nos deja:
La niña abandonada
La ciudad destruida
La esperanza aplastada
La verdad confundida
La persona humillada…
Preñado de odio y muerte
el vientre de la tierra…

¡Maldita sea la paz
que queda tras la guerra!


viernes, 21 de noviembre de 2008

HOY PREFIERO EL SILENCIO...

¡Hoy prefiero mil veces el silencio!
Cansada estoy de oír palabrerías
de los que dicen, que pugnan por la paz
y hacen de la guerra apología

¡Hoy prefiero el silencio a la palabra,
no quiero oír locuras ni mentiras!

Saber no quiero pronósticos de guerras;
calculados fríamente por expertos,
donde se midan los éxitos logrados,
sobre la suma de tantos seres muertos.

No quiero oír los cantos de victoria,
ni las sirenas de alerta, estremecidas.
Ni la necia palabra del que aclama
las decisiones de locos homicidas.

No quiero ver el rostro del soldado,
contraído por el dolor profundo.
Ni verle impotente o doblegado,
ante un deber ingrato e infecundo.

No quiero ver el brillo en sus pupilas,
donde se lea el odio contenido.
Ni centellearle la rabia o la ira
por el dolor, o el miedo, confundido.

No quiero ver la pena de sus ojos;
ni su mueca de hombre sometido.
No quiero verle vencido, o arrastrado
ante la suerte fatal de su destino.

Al celebrar, ufano, sus conquistas,
no quiero oír la risa de su boca.
Tampoco ver su rostro torturado,
ni su ser, humillado en la derrota.

A la cruda verdad de la noticia,
hoy prefiero mil veces el silencio.
Quién fuera ciega y sorda, en estos días,
Para seguir acariciando el sueño

de la paz. Si caer en la zozobra,
ante el temor de que pueda hacerse tarde.
Y si queréis, apenas si me importa,
llamarme necia, ilusa o cobarde...



domingo, 9 de noviembre de 2008

EXPIRAR DE VIOLENCIA


( ante la guerra del golfo)


Lo que presiento siembra en mi ser
miedo y espanto.
Mi angustia anuncia la hora fatal
del ultimátum.

En la mesilla miro el reloj.
¡Las cinco y veinte!
Con fuerza extraña late mi pecho
y, allá en mi mente
tantas preguntas en el vacío
que, casi inerte,
queda mi cuerpo sobre la cama.
Y, nuevamente,
vuelvo mis ojos hacia el reloj:
¡seis menos veinte!

Cuanta locura incontrolada
se está tramando.
Cuanta arrogancia y crueldad
amenazando
sobre la tierra. Sobre una gente,
que en su ignorancia,
callan o aplauden a los colosos de su
de su desgracia.

Absurdo orgullo. Necia soberbia
la del valiente.
Que en desafío es homicida,
sin ser consciente
que el expirar de violencia
es inminente.

Avanza el tiempo… ¡El reloj marca
las seis en punto…!
Estremecida por los presagios
mis manos junto.

La magnitud de ese momento
me hace impotente…
¿Qué ocurrirá, en adelante,
en El Oriente?

miércoles, 29 de octubre de 2008

¡YO QUISIERA SER HIEDRA!


Yo quisiera ser hiedra
para trepar,
ciñéndome a tu cuerpo,
hasta llegar
a tus labios de grana.
Hasta tu boca,
y decirte al oído;
¡me tienes loca!

Hiedra de tu arríate
quisiera ser,
para subir trepando
por tu pared.

Y enredada en la reja
de tu ventana,
te haría de centinela.
Y tú en tu cama
soñarías…¿Conmigo?
Lo mismo que yo sueño
siempre, contigo.

¡Ay, si llegara a ser hiedra,
al fin, podría,
asomarme a tu alcoba
de noche y día.

domingo, 26 de octubre de 2008

ROMANCE AL AMOR CALLADO

Quemaste tu juventud,
tras de la reja sentada,
soñando con mil quimeras
de mujer enamorada.
La huella de aquel pasado
se adivina en tu mirada
marchita, como tu
piel,
y en tus sienes plateadas.

Ya perdiste la ilusión
con que de moza soñabas,
y el brillo que despedían
tus ojos cuando mirabas.

Ya no te rondan los mozos,
ni te cantan serenatas.
Ni piropean tu cuerpo
cuando por la calle pasas.

En tu garganta murieron,
una a una, las palabras
que soñaste con decirle
al hombre que tanto amabas.
Al que te dio que penar
cuando tu amor ignoraba
o te invitaba a soñar,
con tan sólo una mirada.

El vio en ti a la amiga fiel,
a veces casi a la hermana,
pero nunca a la mujer
que con sus besos soñara.
Jamás le dijo un requiebro
a tu juventud lozana.
Y, alejándose se fue
sin descubrir que le amabas.

Aquella pasión por él,
gritarle hubieras querido
pero normas, como leyes,
te lo tenían prohibido.
Tus ojos más imprudentes,
más audaces o atrevidos,
decían miles de cosas...
Más, tus labios contraídos,
con fuerza desesperada,
por pudor o cobardía,
negaban, con su silencio,
lo que tus ojos decían.

Y ahogaste, una y mil veces,
en lo más hondo de ti,
lo que una doble moral
no te dejaba decir

Y le seguiste esperando
a pesar que no ignorabas
como pasaba de noche,
a veces de madrugada,
de entregar a otra mujer
aquello que tú soñabas.

Mientras cerraba los ojos,
queriendo evitar la lágrima,
oías como sus pasos
calle arriba se alejaban.
A oscuras, contigo a solas,
te echabas sobre la cama
y, te daba escalofríos
la pulcritud de sus sábanas.

Refugiada en la oración
y en la tarea del hogar.
Aquello, que fuera amor,
se convirtió en acíbar.

Maldita doble moral
que a la mujer avasalla;
diciendo que es más mujer,
la que sus pasiones calla.
La que apacigua el amor
cuando éste, prende en su alma.
La que guarda sus deseos
ocultos, en sus entrañas.

Cómo pudiste creer,
aquello que proclamaban,
que la mujer virtuosa
ha de esperar resignada.
Aquellas fueron, y son,
tan sólo morales falsas;
que han cerrado a la mujer
mil caminos de esperanzas

martes, 21 de octubre de 2008

¡DEJANOS SOÑAR!

Piensa lo que estas diciendo
y, si puedes cállalo.
no sea que lo que digas
en otro cause pavor.

Y, aunque se a ciencia cierta
lo que tú dices verdad.
¡Silencio! No lo comentes.
Deja a la gente soñar,
que, a veces, solo soñando
se cambia la realidad.

¡Un pueblo que no soñó
jamás hecho a caminar

viernes, 17 de octubre de 2008

¡LO QUE SE DICE SOÑAR!

De mis sueños cuando duermo,
el despertar me da igual.
Pero en cambio cuando sueño;
¡lo que se dice, soñar!
Temo que en mi fantasía,
ufana en mi vanidad,
pueda confundir un día,
sueños con la realidad.

Más conformarme no quiero
con mis sueños al dormir.
Soñar despierta preciso;
porque, ¿Quién puede vivir
esta inercia, este vacío,
sin empezar a sentir
que a veces la vida es
como empezar a morir?

Son volcanes de energía
los sueños que no se duermen.
Sólo mezquinos poderes
son los que a esos sueños temen.

El soñar es la gran fuerza
del que no le queda nada.
Porque soñando transforman
sus miedos en esperanzas.

Si al que sufre le negaran
soñar, estaría perdido.
Y su existencia sería
como un eterno quejido.

Por ello, yo tengo miedo
que algún día al despertar,
se hayan roto los motivos,
que hoy me invitan soñar.

sábado, 11 de octubre de 2008

COMUNICADO CONTRA LAS 65 HORAS SEMANALES

COMUNIDAD CRISTIANA POPULAR DE LEBRIJA


C
omo creyentes en el mensaje de solidaridad e igualdad que Jesús nos trajo, rechazamos las medidas antisociales de la Unión Europea de los últimos meses.

En Junio nos manifestamos contra la directiva de la vergüenza y hoy lo hacemos contra la propuesta de la semana laboral de 65 horas, y contra la entrada en vigor de la llamada Tarjeta Azul. Medidas que corresponden a una política mercantil, antisocial, ineficaz e inhumana.

Son medidas MERCANTILES y ANTISOCIALES:
> Porque anteponen los intereses económicos a los derechos humanos.

> Porque enfrentan a la clase trabajadora entre sí, condenando a unos al paro y a otros a jornadas agotadoras.

> Porque niega la conciliación de la vida familiar con la laboral.

> Porque en estos momentos urge un reparto del trabajo y no el aumentar la jornada del mismo.

>Porque dicen, que las 65 horas no serán obligatorias, sino negociadas entre trabajador y patrón, en una realidad social en la que al trabajador no le queda margen para exigir ni negociar condiciones de trabajo alguna, por eso de que; no hay peor sueldo que el que no entra”

Son INEFICACES E INHUMANAS:
> Porque aumentaría, aún más, la tasa de paro. Y porque más horas de trabajo, no es igual a mayor producción. España es uno de los países, desarrollados, con más horas de presencia en el puesto de trabajo y uno de los de más bajo rendimiento.

> Porque la persona necesita tiempo para su desarrollo y equilibrio personal, familiar, social, político, profesional… y 65 horas semanales, no deja tiempo para ello.

Con esta misma firmeza y convicción, condenamos la introducción de la mencionada Tarjeta Azul.
Esta tarjeta facilita y ofrece el trabajo en Europa, a las personas cualificadas procedentes de los países empobrecidos. Es decir; a los grandes cerebros en investigación, ingeniería, tecnología… Con el fin de que Europa pueda competir con EE.UU.

La selección mercantil del flujo emigratorio, expulsando a los pobres e importando a los cualificados, además de vergonzosa, supone un expolio de cerebros que retrasa el desarrollo de esos países y convierte en imperiosa la necesidad de la población de emigrar.

Medidas como estas dejan al descubierto la hipócrita política de “apoyo a la familia” y de “ayuda al desarrollo” de la que tanto se jacta la U.E.

Por todas estas razones, desde nuestro compromiso con los valores solidarios del evangelio, condenamos estas medidas y llamamos a los políticos a que no sigan, ni claudiquen, a directrices de una economía de casino, corrupta y lucrativa como lo está dejando al descubierto la actual crisis económica.

Asimismo, pedimos a la jerarquía de la Iglesia que condene pública, constante y abiertamente a un sistema que atenta contra la familia, el equilibrio social y la dignidad humana, dividiéndonos entre personas paradas y las extenuadas por el trabajo como la mejor forma de dominio sobre la conciencia de las personas.
Nosotros lo denunciamos porque, a pesar de todo, seguimos creyendo en que;

¡OTRO MUNDO SI ES POSIBLE!

martes, 7 de octubre de 2008

YO ME EQUIVOQUÉ...

En un rincón de mi patio,
brotó una noche una planta
y al crecer pensé que era
yerbabuena o albahaca.
Pero... Al tocarla me pinché,
era de ortiga, una mata.

Amparándose en las sombras,
una noche de verano,
en la esquina de mi calle
yo vi pararse a un gitano.
Creí que tenía puesto
sus ojitos en mi cara,
pero él estaba mirando,
en vez de a mi, a otra gitana.

De mi primera impresión
ya nunca llegué a fiarme.
Y, cuando me enamoré,
por temor a equivocarme,
preferí guardar silencio.
Miren por donde, esta vez,
queriendo ser precavida,
yo también me equivoqué.

Que fatalidad la mía.
¡Dios mío, que mala pata!
Me equivoqué en el amor
lo mismo que con la planta.
Y supe, que en ciertas cosas
de la vida, el acertar,
más que a cálculos medidos
se debe a lo casual

domingo, 28 de septiembre de 2008

Que por qué escribo

A veces me pregunto
que por qué escribo.
Por mucho que me afano,
yo no consigo
encontrar la razón,
ni los motivos.
¿Es un don otorgado
o es que me obligo?

¿Es una fuerza extraña
que llevo dentro,
para dejar constancia
de lo que pienso…?

Mil vueltas llevo dada
y en duda sigo.
Sondeando el misterio
no he conseguido,
descubrir la razón
ni los motivos…

Lo único que sé,
y así lo digo,
¡es, que yo soy feliz
siempre que escribo!

martes, 16 de septiembre de 2008

ELEGÍA A JUAN N. GARCÍA NIETO


(Jesuita comprometido con la vida)


La dejé para luego, y se ha hecho tarde,
la carta que debiera haberte escrito.
El pesar que ahora siento es infinito

Todo mi ser se niega a decirte adiós
y desde ayer, que supe que habías “partido”,
martillea en mi mente: ¿por qué te has ido?

Cuando tú alimentabas miles de sueños
te sorprendió el misterio, llamado muerte.
¿Por qué contigo ha sido tan impaciente?

A ti, que nadie pudo cambiarte el rumbo;
que ni las más férreas leyes te doblegaron.
Te ha vencido sin más, un corazón cansado.

A tu espíritu noble, justo y rebelde,
ni cárceles ni jueces le sometieron;
pero a tu corazón, si que lo hirieron.

La vejación del hombre era una espina,
que hurgaba en tus entrañas, como ninguna,
de cuantas te clavaban, una por una.

Tú fuiste el navegante, que no abandona
el timón de su barco, ante las rocas.
Ex cátedra la palabra, era en tu boca.

De seres marginados, fuiste esperanza.
Del joven insumiso fuiste sostén.
Y un volcán de utopía, era tu fe.

Los rasgos del linaje, tan de tu clase,
grabado como a fuego en tu semblante.
En recia mansedumbre los transformaste.

Para el que sólo cree en la materia,
tu testimonio ha sido, algo insondable.
Por tu espíritu austero, limpio y afable.

La muerte te encontró, como viviste,
abrazado a tu cáliz; de pie y erguido.
Hasta caer al suelo, los dos fundidos…

Dicen que a tu sepelio fue la utopía;
Que en la boca de otros se hizo expresión
Y, ya huérfana de ti, triste lloró...

La congoja me ahoga, llorar no quiero;
porque lo tuyo Juan, nunca fue el llanto.
Redimir del dolor, fue tu quebranto.

Ante este gran enigma algo me dice,
y una esperanza firme crece conmigo,
que aunque no sepa cómo…, ¡tú sigues vivo!

Y en mi interior se alza un sentimiento
que, quizás por locura, a otros espanta

¡Yo sé que tú podrás leer mi carta!

(julio del 94)


jueves, 11 de septiembre de 2008

POR UN FALSO ORGULLO

La otra noche,
yo me desperté;
te busque en mi cama
y no estabas en ella.
Me sentí como río
sin agua,
rosa sin aroma,
cielo sin estrellas.

Te llamé igual
que una loca,
presa de la pena y
el presentimiento.
Para decirte,
que no era verdad
lo que te dijera presa
del despecho.

Al darme cuenta
de que ya era tarde,
la rabia y la pena,
junto a tu recuerdo,
son espinas,
que llevo clavadas,
hurgando en la herida
abierta en mi pecho.

Hoy me maldigo
por lo que te dije,
y lo que callé,
por un falso orgullo,
porque sé
que mi corazón,
aunque yo no quiera,
sigue siendo tuyo.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

"LOS ILEGALES"

Hace poniente y la mar
apenas la mece el viento.
La luna saldrá más tarde,
la noche guarda silencio...
Apiñados en pateras
salen surcando las aguas.
Como equipaje, tan sólo,
la pena y la esperanza.
El miedo y la ilusión
y una, continua, plegaria:

¡Que no nos vean,
Señor, que no nos vean!

De lo poco que tenían,
le han despojado y al nombre
"renuncian" en el camino.
Pobres, mujeres y hombres,
que han de soportar la pena,
de siendo gente léales,
escuchar como le llaman,
de nombre, los ilegales.

¡Que no les vean,
Señor, que no les vean!

Más, si le ven como no,
su muerte o su presencia,
debiera de enrojecer
nuestra cara de vergüenza
al ver como les ultrajan,
sabiendo, como sabemos,
que su único pecado
es ser pobres y morenos…

martes, 26 de agosto de 2008

¡CUÉNTAME SOLDADO!

Cuéntame soldado, tú que haces la guerra,
si es verdad aquello que escriben y cuentan:
El que se libera a pueblos matando
a gente inocente. Yendo y devastando
riqueza y cultura,
¡Por Dios…!
¿Hasta cuando?

Cuéntame soldado, ¡no sigas callando!
Dile al mundo entero lo que está pasando.
Aquí no sabemos lo que ahí sucede:
Las bombas que caen. La gente que muere.
Los pueblos que abaten…
Los niños que quedan
sin padre ni madre.

Cuéntame soldado, seas mujer u hombre,
los meritos hechos para que seas héroe:
El arrojar bombas desde las alturas,
a gente indefensa, más bien es locura,
miedo, cobardía,
impiedad, sadismo…
Más, nunca heroísmo.

Cuéntame soldado, si de noche a solas,
metido en tu cama, a obscuras, tú lloras
por ser artilugio de guerras infames
en frentes fantasmas y falsos combates.
Donde legitiman,
Miles de agresiones
e impunes masacres.

Cuéntame soldado, que lo que sabemos
son las conjeturas que sacan los medios:
Medios controlados, como es sabido,
por los vencedores sobre los vencidos.
Más, si toda esa infamia
compartes y asientes…
¡Cállate soldado! Mejor no lo cuentes.

viernes, 8 de agosto de 2008

CUANDO CANTAR ES PECADO

(a Federico García Lorca)


Jamás ignoraste tú
lo peligroso del juego.
Que hasta cantar es pecado
cuando se le canta al pueblo.
Pero, ser fiel a los tuyos
te obligó a correr el riesgo,
y tú poema fue un grito
al lado de los plebeyos.

Tu guitarra cantó al hombre
y tu pluma al mundo entero.
Tú derrumbaste morales
que estaban lejos de serlo.

Dijiste que la mujer,
además de alma, es cuerpo
y plasmaste en tu prosa
el latir de sus deseos.
La moral inquisidora
jamás te perdonó eso
y creyeron que el demonio
estaba obrando en tu cuerpo.

Tú lloraste como un niño
la muerte de un gran torero
y cantaste como hombre
al andaluz jornalero.

Al perfume de jazmines,
que tus ventanas cubrieron.
Al olivo de tus tierras
naranjos y limoneros ...
Y llevaste el teatro
a las plazas de los pueblos.
¡Y es que tu sangre llevaba
madera de romancero!

No olvidaste al gitano
en la rima de tu verso;
marginado por el payo,
perseguido hasta el infierno.

También cantaste a otra gente;
a esas, con lengua de fuego,
más que cantar le dijiste
lo que sentías por ellos...
Empezaron a acosarte
como hienas al acecho
hasta atravesar, a oscuras,
de balas tu limpio pecho.

Tu boca quedó cerrada
por los disparos de fuego.
Tu sangre sobre la tierra
nos dijo que estabas muerto.
Pero siguieron con vida
tus romances y tus versos
y para siempre, en nosotros,
la sombra de tu recuerdo ...

domingo, 13 de julio de 2008

¡DÉJAME!

¡Déjame!
Que quiero que sepas,
que el que yo te quiera
no te da derecho,
a creerte que yo ya soy tuya;
ni a reírte de mis sentimientos.

¡Déjame!
que aunque me consuma
la pena y el llanto,
sin poder dormir,
mil veces prefiero
a que un día yo sea para ti,
agua ya pasada, o ceniza de un fuego.

¡Déjame!
En tus labios no pongas mi nombre
ni a mi puerta llames,
que pierdes el tiempo.
A mi corazón,
ya le hecho un nudo
y le he puesto rejas a mis sentimientos.

¡Déjame!
Que aunque mis entrañas sangraran
por ti, muriendo de amor,
o yo te llamara
de noche en mis sueños,
no vengas a mí;
porque te diré… Diré que no es cierto.

¡Déjame!
Por lo que más quieras,
!No me obligues a hacerte un desprecio!

domingo, 6 de julio de 2008

SUEÑOS Y TEMORES

Son tus ojos la noche, por oscuros,
y el brillo que despiden son estrellas
que a la amenaza de nubes pasajeras,
queda apagada la clara luz de ellas.

Temes y sueñas aquello que presientes.
Ríe y llora tu alma atolondrada,
Buscando, a veces, los limites del riesgo
y en cambio otras la soledad callada.

Contigo llevas la fuerza de las aguas
que, río abajo, arrastra la corriente.
Y con anhelos de alondra enjaulada,
ansiosa sueñas hacerte independiente.

Perdóname el consejo impertinente,
que tus ensueños de quince años mata;
el que ahogo en mi garganta, por no herirte,
o el que directo del alma se me escapa.

Y es que la vida me obliga, sin quererlo,
a convertirme en freno de tu prisa,
presintiendo, que a veces me contemplas,
como implacable verdugo de tu risa.

No pretendo luchar contra el misterio
que suponga, del rumbo de tu vida.
Ni detener la fuerza de los vientos.
Ni que vuelvan las aguas río arriba.

No persigo ser dueña de tu “yo”.
Ni detener las aves en su vuelo.
Tampoco ahogar tu risa, cuando ríes
ni, mucho menos, negarte mi consuelo.

No quiero ser, quién marque tu destino;
y, aunque lo quiera, tampoco yo lo puedo.
Pero te pido que entiendas mi inquietud
y comprendas mis dudas y mis miedos.

Ante tu vida que, llena de ilusiones,
sale al encuentro de un mundo amenazado,
por la lujuria de triunfos y pasiones,
o la codicia de un mundo incontrolado.

Cuándo te enfrentes al reto de ese mundo,
con las riendas de la vida en tus manos,
descubrirás despacio, por ti misma,
lo grande y lo ruin de los humanos.

Y en el sendero de luz, que tú persigues;
que en su busca segura tú caminas.
No olvides nunca que junto con las rosas,
en los rosales, también crecen las espinas.

martes, 24 de junio de 2008

COMUNICADO DE...


...La Comunidad Cristiana Popupar de Lebrija, ante la aprobación
de la "directiva de la verguenza" en la U.E


Con impotencia, rabia y estupor hemos sido testigos de cómo, el día 18 de junio, se aprobaba en la UE una directiva contra los más desamparados de este sistema.

La ley aprobada, contempla la detención y retención (hasta 18 meses) de los “sin papeles” y su posterior expulsión sin que sea necesario auto jurídico alguno.

El que la UE se autoproclame defensora de los Derechos Humanos y los valores democráticos en el mundo, y paralelamente legitime, en su territorio, la retención y expulsión de personas inocentes por el hecho de venir a buscar trabajo en Europa, es de un cinismo escandaloso.

Nos espanta que, esa ley haya sido propuesta o aprobada por los gobiernos de Italia, Grecia, España, Portugal…

Hace apenas dos décadas hombres y mujeres de estos países estaban,- estábamos-, siendo objeto de medidas semejantes y nos escandalizaban. ¿Ya lo hemos olvidado?

Los gobiernos latinoamericanos nos preguntan hoy: ¿Qué habría pasado si América Latina hubiera adoptado esa directiva con los españoles que tuvieron que salir de su país? ¿Se imaginan cuanto sufrimiento habría causado?

Ellos jamás han detenido ni expulsado a ningún europeo, por carecer de documentos, a pesar de que muchas veces se ha ido a humillarles y expoliarles. ¿Cómo podemos ignorar nuestra política de colonización en esos países, nuestra llegada a ellos tras la Guerra Civil, o la reciente emigración a Centro Europa?

No negamos a la U.E. el derecho, e incluso deber, de regular y gestionar los flujos migratorios que lleguen a ella. Un estado no puede ser una especie de corredor en el que no se sepa quién pasa por él, ni cuantos lo habitan. Pero exigimos sensibilidad ante los que sufren, respeto a sus derechos como personas y conciencia de memoria histórica.

No se puede,- al menos no se debiera jamás-, tratar a los trabajadores emigrantes como a delincuentes mafiosos.

No se puede criminalizar a los pobres por buscar trabajo.

No se puede condenar a nadie a esperar, sin esperanza, la autorización para trabajar mientras mal viven o mueren de hambre.

No se puede hablar de Derechos Humanos y negar el derecho al trabajo, sin otra razón que la de haber nacido en otro país.

No se puede hablar de los valores de la familia, ni de políticas de apoyo a la misma, y detener a madres y padres que buscan trabajo para mantener a sus hijos.

En el borrador de la constitución de la UE, se debatió en qué medida la cultura europea estaba impregnada del cristianismo; se podrá debatir su grado de influencias, pero hoy sabemos que su espíritu no ha estado presente a la hora de aprobar esta directiva, porque ella niega aquello de:

No oprimirás ni vejarás al emigrante; ya sabéis lo que es ser emigrante, porque emigrante fuisteis vosotros en el país de Egipto” (Ex. 22,20)
“Cuando un emigrante resida con vosotros en vuestra tierra, no lo maltratéis: (Lv. 19,33)
“Ya no hay judío ni griego, ni siervo ni libre, ni hombre ni mujer, porque todos sois uno en Cristo Jesús” (Ga. 3, 28)

No les convirtamos en chivos expiatorios; ellos no son los responsables de la crisis, sino las victimas. No son delincuentes, sino personas en busca de mejor vida. No nos quitan nada, nos ofrecen su trabajo; atienden a nuestros padres ancianos, a nuestros hijos, a nuestros familiares enfermos… Y, a veces, por sueldos de miseria. La delincuencia y la mafia extranjera son otra cosa, ¡Distingamos unos de otros, de la misma forma que lo hacemos con los nativos!


Labrija, junio del 2008