viernes, 7 de marzo de 2008

AÚN SIENDO EXTRANJERA

Mi piel es oscura,
mi cabello negro
mi lengua distinta;
y es verdad que vengo
de un lugar lejano.
Más, quieras o no quieras,
yo soy como tú,
aún siendo extranjera.

Como tú yo río,
e igual que tú sueño.
Como tú trabajo,
amo, lloro y pienso.
A mi alma igual
que a la tuya duele
el desprecio ajeno;
di por qué no quieres;
di por qué te niegas
a ver lo evidente;
que somos iguales
siendo diferentes.

Aunque tú te creas
distinta, mejor;
a ti, igual que a mí,
te asusta el dolor.
Te asaltan los miedos.
Te aturde la pena.
Te aterra la muerte;
el hambre, la guerra…
Si sientes los miedos
y anhelos que yo;
¿en qué eres mas digna?
¿en qué superior?

Lo que nos distingue,
hoy entre las dos,
son tus prejuicios;
es tu sin razón.
Pero…, aunque no lo quieras,
¡Eres como yo!

5 comentarios:

Conral dijo...

Bello poema, leído o escuchándolo de tu propia voz. Con él se transmite el valor de la igualdad. Gracias por compartirlo.
Un abrazo.

Claudia dijo...

Tita, es realmente precioso.

Un besazo!!

(Tu sobrina Pili)

Adri y Jose dijo...

Pues si, realmente bonito este poema.
Un beso... este blog ya va cogiendo forma

Eduardo dijo...

Espectacular. Me saco el sombrero y te aplaudo. Dices muchas cosas ciertas en tus poemas y con muy buena forma de decir.
Te mando un beso.

desde Lebrija para el mundo dijo...

Siento no ser muy eficaz en responder
pero..., me ha pasado como al que pone una tienta y al principio no entra nadie y de pronto... ¡una cola que no das abasto! Bueno, no es tanto
pero vuestros comentarios me confortan.
La verdad es que los prejuicios culturales son tan absusrdos y carentes de juicio. Besos a Conral, pilgovi, gazpacho, eduardo...