sábado, 11 de octubre de 2008

COMUNICADO CONTRA LAS 65 HORAS SEMANALES

COMUNIDAD CRISTIANA POPULAR DE LEBRIJA


C
omo creyentes en el mensaje de solidaridad e igualdad que Jesús nos trajo, rechazamos las medidas antisociales de la Unión Europea de los últimos meses.

En Junio nos manifestamos contra la directiva de la vergüenza y hoy lo hacemos contra la propuesta de la semana laboral de 65 horas, y contra la entrada en vigor de la llamada Tarjeta Azul. Medidas que corresponden a una política mercantil, antisocial, ineficaz e inhumana.

Son medidas MERCANTILES y ANTISOCIALES:
> Porque anteponen los intereses económicos a los derechos humanos.

> Porque enfrentan a la clase trabajadora entre sí, condenando a unos al paro y a otros a jornadas agotadoras.

> Porque niega la conciliación de la vida familiar con la laboral.

> Porque en estos momentos urge un reparto del trabajo y no el aumentar la jornada del mismo.

>Porque dicen, que las 65 horas no serán obligatorias, sino negociadas entre trabajador y patrón, en una realidad social en la que al trabajador no le queda margen para exigir ni negociar condiciones de trabajo alguna, por eso de que; no hay peor sueldo que el que no entra”

Son INEFICACES E INHUMANAS:
> Porque aumentaría, aún más, la tasa de paro. Y porque más horas de trabajo, no es igual a mayor producción. España es uno de los países, desarrollados, con más horas de presencia en el puesto de trabajo y uno de los de más bajo rendimiento.

> Porque la persona necesita tiempo para su desarrollo y equilibrio personal, familiar, social, político, profesional… y 65 horas semanales, no deja tiempo para ello.

Con esta misma firmeza y convicción, condenamos la introducción de la mencionada Tarjeta Azul.
Esta tarjeta facilita y ofrece el trabajo en Europa, a las personas cualificadas procedentes de los países empobrecidos. Es decir; a los grandes cerebros en investigación, ingeniería, tecnología… Con el fin de que Europa pueda competir con EE.UU.

La selección mercantil del flujo emigratorio, expulsando a los pobres e importando a los cualificados, además de vergonzosa, supone un expolio de cerebros que retrasa el desarrollo de esos países y convierte en imperiosa la necesidad de la población de emigrar.

Medidas como estas dejan al descubierto la hipócrita política de “apoyo a la familia” y de “ayuda al desarrollo” de la que tanto se jacta la U.E.

Por todas estas razones, desde nuestro compromiso con los valores solidarios del evangelio, condenamos estas medidas y llamamos a los políticos a que no sigan, ni claudiquen, a directrices de una economía de casino, corrupta y lucrativa como lo está dejando al descubierto la actual crisis económica.

Asimismo, pedimos a la jerarquía de la Iglesia que condene pública, constante y abiertamente a un sistema que atenta contra la familia, el equilibrio social y la dignidad humana, dividiéndonos entre personas paradas y las extenuadas por el trabajo como la mejor forma de dominio sobre la conciencia de las personas.
Nosotros lo denunciamos porque, a pesar de todo, seguimos creyendo en que;

¡OTRO MUNDO SI ES POSIBLE!