martes, 7 de octubre de 2008

YO ME EQUIVOQUÉ...

En un rincón de mi patio,
brotó una noche una planta
y al crecer pensé que era
yerbabuena o albahaca.
Pero... Al tocarla me pinché,
era de ortiga, una mata.

Amparándose en las sombras,
una noche de verano,
en la esquina de mi calle
yo vi pararse a un gitano.
Creí que tenía puesto
sus ojitos en mi cara,
pero él estaba mirando,
en vez de a mi, a otra gitana.

De mi primera impresión
ya nunca llegué a fiarme.
Y, cuando me enamoré,
por temor a equivocarme,
preferí guardar silencio.
Miren por donde, esta vez,
queriendo ser precavida,
yo también me equivoqué.

Que fatalidad la mía.
¡Dios mío, que mala pata!
Me equivoqué en el amor
lo mismo que con la planta.
Y supe, que en ciertas cosas
de la vida, el acertar,
más que a cálculos medidos
se debe a lo casual

8 comentarios:

Conchi dijo...

Antonia, qué gracia tiene este poema. Me has hecho reír. Me ha recordado a los teatrillos andaluces. Muy bueno, como siempre.
Gracias por tu comentario en mi blog. Te contesté allí.
Un abrazo.
Conchi

desde Lebrija para el mundo dijo...

Ya ves, aunque no soy la andaluza que responde al tópico, ssalta la chispa.
un beso
Antonia

el aguaó dijo...

¿Lo casual?

A veces da miedo pensar que el destino está escrito, y otras que lo escribimos nosotros.

Equivocarse es humano, y de ello se aprende y se adquiere sabiduría y experiencia. Equivocarse en el amor, sin embargo... duele más que pincharse con una ortiga.

Había una frase por ahí que decía: Dios sólo se ha equivocado en una cosa, no hacer dos vidas, una para ensayar y otra para actuar.

Un cántaro de agua fresquita y besos para ti amiga Antonia.

desde Lebrija para el mundo dijo...

Tienes razón aguaó, pero las cosas son como son. Lo del cántaro, junto a tu nombre, me lleva a cinco décadas atrás, cundo trabajaba en el campo y venía el aguaó; que entonces le llamabamos el "gaspachero". La diferencia es que el agua no venía fresquita. Eran otros tiempos.
Abrazos

A dijo...

Querida Antonia:

He tenido un problemilla con la dirección del blog, sin querer, le añadí una "la" delante y casi me lo cargo.

Ya arreglado, paso a saludarte.

Besos, amiga

desde Lebrija para el mundo dijo...

Esto de la informática... Yo me limito, de momento, a lo básico.
saludos Antonia

J. Teodoro P. G. dijo...

El gazpachero, el manijero, el sobajanero, el gañán, el zagal...
Palabras que también yo recuerdo y aunque no renuncio a ellas, representaron una etapa de mi vida que no fue de lo más agradable, suplida por el calor familiar.
Que tengas un buen día de la Hispanidad.
Saludos cordiales

desde Lebrija para el mundo dijo...

..el "aperado", "el amo"... Yo no conocía eso de sobajenero. Cuando se mira hacía atrás parece mentira que essas vivencias aún esten tan cercas.
Un abrazo
Antonia